Cuento: "En las llamas"
Todos los lunes mi padre solía irme a buscar al colegio y este día no era la excepción. Doblamos en la esquina y nos dirigimos por la calle más céntrica del barrio hacia la parada del colectivo, aunque mi padre se había adelantado para ir a la fiambrería. Sentí como si algo no estuviera bien, no era un día como cualquier otro, pero todos mis pensamientos se esfumaron cuando mi mirada se desvió hacia la tienda de donde salía Carmelina, esta señora era una vecina no muy grata para todos los del barrio pero yo nunca le negaba los saludos ya que me conoce desde pequeña. No llegamos a cruzar ni una sola palabra que nos inundaron los gritos alborotados, al darnos vuelta nos encontramos con que el gimnasio de la zona estaba ardiendo en llamas, allí se encontraban todos mis amigos horrorizados esperando a los bomberos y la policía. Es justo ese momento cuando me acuerdo de Carmen, me doy vuelta y la encuentro con una mirada profunda y penetrante hacia mi, me agarra de los hombros para adentrarme más en su mirada y presencié como el iris de sus ojos cambiaban de color, ahora eran blancos.
No tuve tiempo de reaccionar ya que mi vista se tornó en una oscuridad sin fin. No sé cuánto tiempo pasó hasta que pude captar unos rayos de luz que dejaba ver entre las cortinas provenientes de una ventana pequeña, a la vez que un grupo de personas me empujaban. Querían protegerme pero no comprendía, sabían mi nombre pero no los reconocía. Hasta que escucho la clara voz de mi amiga Emilia: –Lau ¡CORRÉ!
Me encontraba inmóvil y totalmente desorientada. Sin más, unas manos me tiraron hacia un costado y se escuchó un fuerte estruendo, parecía un disparo. Efectivamente cuando me doy cuenta de la situación, mi amiga estaba en el piso sangrando. Fue esa imagen aterradora de ella agonizante lo último que vi, hasta que me vuelvo a encontrar con otro rayo de luz desde una ventana sumado a una pequeña llama de fuego que se extendía cada vez más por la cortina y siento el mismo impacto de antes, y escucho la misma frase de Emilia. Pero tuve reacción. A pesar de que corrí hacia ella para que nada le ocurriera, estaba desangrándose pero esta vez en mis brazos. Mi cabeza me daba vueltas, después de verla así, volvía a ocurrir lo mismo todo el tiempo, quería protegerla pero siempre tenía el mismo destino y al mismo tiempo el fuego se propagaba cada vez más. Era un bucle sin salida, sin esperanza, que no paraba en ningún momento hasta que comencé a asfixiarme, esta vez veía fuego desmesurado, un fuego que me quería atrapar y no soltarme más.
Escucho voces, aterrada de pensar que seguía en ese lugar, pero para mi sorpresa abro los ojos y veo a Carmen. Sus ojos estaban como los de cualquier persona, me sostenía y lo agradezco porque mis piernas parecían gelatina. Se dirigió hacia la esquina y solo volteó a mirarme para irse sin más. No me había dado cuenta pero, en mis manos tenía un papel en el que estaba escrito: “Si miras a través de las llamas, tus miedos más profundos saldrán a la luz”. Rápidamente la sigo y me encuentro con una calle totalmente vacía excepto de señoras que salían de una clase de zumba, ninguna de ellas era igual a Carmen. Mi padre que se encontraba a unos metros, preocupado porque me dirigí hacia la esquina, me preguntó si estaba buscando a alguien. Le respondí que a Carmelina, pero este se rió y dijo: –Esa loca de las brujerías murió hace 1 semana en un incendio en su casa.
En ese instante fue cuando nos acercamos al gimnasio y me percaté que ya se encontraban los policías y bomberos. Entonces ¿qué había ocurrido, cuánto tiempo estuve en ese bucle espantoso y cómo es que vi a Carmelina? Lo único que sabía es que nunca más vería a través de las llamas.
Hola Laura! Recién leí tu cuento y la verdad me gustó bastante. Me pareció muy creativa la trama, porque entrelaza varios elementos fantásticos y que descolocan, y todos juntos crean una historia que da mucho que pensar. Es de esos cuentos en los que se te empiezan a cruzar teorías muy diferentes para intentar entender lo que sucedió.
ResponderBorrarAl arrancar a redactar desde una situación tan cotidiana y que luego la tragedia del incendio sea también un hecho que, si bien causa terror, puede pasar en las leyes de la realidad, genera que una se cuestione si la protagonista realmente se traslado al incendio o si esta alucinando, lo cual me parece un concepto interesante para explorar. Una de las teorías que me quedé pensando, por ejemplo, fue que quizás Laura estaba dentro del incendio y, por lo que dice Carmelina al final del relato, parecería que la muerte y ver a seres queridos mueriendo es un gran miedo para ella. Por eso, podría haber pasado que Laura efectivamente este adentro del incendio y que se imagine la otra parte del relato para evitar afrontar aquella situación.
Si tuviese que hacer una correción lo único que diría es que podría estar bueno desarrollarlo más y transformarlo en un relato más largo, porque al haber tantos eventos llamativos resultaría atrapante poder leer descripciones más largas sobre estos.
De todas maneras, me gustó la historia, su redacción y el hecho de que de espacio a quien lo lee para utlizar la imaginación.